Yo, 4 Espacios. Acrílico sobre papel. 20/26.2012. |
" Complacer de manera
compulsiva es querer vivir la vida
del otro".
En psicología hablamos de
patrones de comportamiento. Estos patrones a los que no referimos son guías,
mapas que hemos aprendido de cómo vamos a comportarnos y que se convierten
en conductas habituales. Estas
maneras de comportarnos las hemos aprendido de aquellas personas que nos
cuidaron en la niñez y adolescencia. Todos hemos aprendido a comportarnos de
una u otra manera dependiendo de nuestros modelos, que son nuestros padres,
madres o cuidadores.
Dedico esta entrada a personas que tienen o han tenido el
patrón de comportamiento de
"complacer","agradar","gustar" a otros como modo
de relacionarse. No me refiero a complacer de vez en cuando, hablo de la
persona que complace a otros todo el tiempo como una forma de tener relaciones
en este caso amorosas, pero pueden ser de amistad o familiares.
Voy a relatarles la historia de Tanya una mujer de 39
años, sus amistades piensan que ella es "súper solidaria", siempre
que alguien necesita algo, Tanya es la primera en ser llamada. Ella piensa que
esto no es malo se siente "súper útil" y siempre tiene cosas que
hacer. Sin embargo, después de unas cuantas desilusiones amorosas, con hombres
muy parecidos ha llegado a
cuestionarse si esto de ser tan "dada", "entregada", no la
estará haciendo daño. " No puedo parar de hacerlo, si el me pide algo no
puedo decir que no. Mi mamá es
igual ella dice que hay que decir
que sí siempre, dices no y se busca otra. Eso le paso a ella con mi papá. Yo
soy peor que ella, estoy tan atenta a las necesidades de mi pareja que las
lleno, antes de que el lo pida.
Sus deseos van por encima de los míos, a mi no me importa porque me hace
feliz complacerlo, pero cuando yo pido algo no me complacen. La última relación
que tuve me hirió mucho porque yo le di todo y cuando se fue me dijo que yo me
creía superior. Eso no es verdad, pero el desarrollo un coraje en contra mía
que yo no entendí. Por eso busque ayuda".
Deseo compulsivo de
complacer.
Tanya sufre lo que llamamos la
repetición del patrón de complacer todo el tiempo. Esta es una dinámica que se
establece por el miedo a perder al ser amado, o miedo a sufrir. Convertir otra
persona en el foco total de nuestra vida, nunca es una actitud ganadora. Este
comportamiento la convierte en una
mujer tensa, muy vulnerable y fácil de manipular. En adición es una presa fácil
para un hombre con coraje, mal
carácter y de mecha corta. Ella
complace a alguien muy difícil de complacer, y compulsivamente lo intenta todo
el tiempo. Ella lo controla con cuidados y el la controla con coraje.
No es extraño encontrar parejas
con esta dinámica, son como primos
hermanos en la dinámica de la vida y casi siempre se encuentran.
Tanya llego a terapia drenada de
energía, exhausta, llevaba varias relaciones iguales y siempre salía agotada.
Llorando me decía:"eso de ser buena no paga, mírame no tengo pareja y ya
estoy cansada". Era obvio que Tanya estaba sufriendo mucho.
Cambiar, sanar la dinámica de complacer de manera compulsiva
es como toda terapia un acto personal. Querer que otros nos den aquello que no
nos estamos dando nosotros es querer resolver desde fuera y no desde dentro
como corresponde. Tanya vivía hacia fuera, siempre haciendo lo que otra persona quisiera,
olvidándose por completo de ella.
La otra parte de
la moneda es entender que no lo hacia por virtuosa, lo hacia porque
complaciendo al otro la hacia sentir en control de la relación y tranquila.
En psicología tratamos de
explicar los procesos, las dinámicas o los comportamientos, nunca enjuiciarlos
o condenarlos. Tanya no era una victima, su ganancia era el control de las
situaciones y asegurarse de que si ella lo complacía en todo su pareja no la
dejaría nunca. Sin embargo, sus parejas se iban porque su excesiva entrega les
levantaba mas coraje, ella les permitía abusarla y la relación no podía progresar y se hacia repetitiva.
Nunca confrontaba por miedo a que la dejaran, aun cuando
ella sabia lo que estaba mal. Aceptaba todo y se adelantaba a cualquier evento
que pudiera traer molestias a su pareja y lo solucionaba. Parecía un bombero
apagando fuegos todo el tiempo. No existía entre ellos intimidad, complicidad,
cooperación y compartir sano porque ella siempre ocultaba su miedo y el
proyectaba su coraje en ella.
Ninguno se conocía o conocía sus
emociones, ella creía leer las
emociones de el y él proyectaba las suyas en ella. Ninguno se hacia cargo de lo que sentía , al contrario
esta manera de relacionarse les impedía tener la experiencia de sentir su propio dolor y ambos terminaba
perdidos, juzgados , vacíos y muy confundidos.
Tanya estaba conciente de su
patrón, lo que no había conectado
es el daño que este comportamiento la hacia. Estaba repitiendo el comportamiento
de su mamá aterrorizada de que le pasara lo mismo. Cuando su papá se fue ella
sufrió mucho, tenia 12 años y se juro que nunca le sucedería. Como pueden ver
la dinámica estaba servida desde ese momento. Tomar conciencia de ello, fue una
ganancia para Tanya. Limpiar, sanar las vivencias que nos han traído dolor, nos
abre puertas y ventanas de crecimiento.
Recomendación:
No podemos complacer a otros de manera compulsiva y
pretender crecer en conciencia de
nuestras emociones. Para saber quienes somos, ser libres y aspirar a tener
relaciones saludables, es necesario conectar con nuestro ser interno antes de
intentar adivinar lo que otra persona siente.
*Tanya es un nombre ficticio.
Para la otra parte de esta moneda, es decir para conocer el patrón de comportamiento
repetido de Mauro ( nombre ficticio) te espero en mi blog del próximo Domingo.
Gracias por leerme.
La autora es psicóloga clínica
en práctica privada
(787)753-2848/399-3114
thaliacuadrado@gmail.com
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