El carro/Tarot. Acrílico sobre canvas.16/16.2010. |
Ya
sabemos que la vida, nuestra vida la construimos en el hacer diario. Tanto el pasado
como el presente y el a veces temido futuro lo construimos en la acción de cada
día.
Muchas
son las situaciones y eventos en cada 24 horas y muchas son las veces que los
vivimos de pasada sin apenas involucrarnos. Cientos de veces hemos leido que la
vida no puede prosperar si la vivimos en automático, casi sin darnos cuenta, o
sin mojarnos las manos.
Por otro lado existen muchas maneras de
ayudarnos ha hacernos concientes y centrarnos en nuestro enorme potencial para
enriquecerlo y actuarlo en el día a día.
En psicología hay uno que me llama
particularmente la atención que es el mundo de los arquetipos. Los arquetipos
son a grandes rasgos energías de la psiquis humana que poseemos todos y que una
vez identificadas nos ayudan a vivir de una manera mas amplia, mas plena. Carl
G. Jung dice que los arquetipos
son "definite
forms in the psyche that seem to be present always and everywhere".
Existen
muchos nombres para esas energías, sin embargo quisiera concentrarme en el
arquetipo del o la rebelde porque llevo toda la semana trabajando con este
tema.
En
la vida de todos tanto en la individual como en la colectiva, se nos presentan
momentos donde lo apropiado es rebelarse, confrontar a la autoridad interna o
externa y provocar un cambio individual o colectivo. Existen sistemas obsoletos
de modos de pensar en cada uno de nosotros que no nos permiten ampliarnos y
vivir plenamente. Cuando esto ocurre usualmente nos refugiamos en el coraje no
expresado o en la depresión como
forma de vida pensando y afirmando que "no hay nada que
hacer","es una trampa, no puedo moverme".
Uno
de los momentos mas difíciles de
manejar en las consultas es cuando las personas pretenden conformarse con algo
que es imposible de hacer y
terminar medianamente sano. Esta respuesta ante las situaciones de vida, lleva
a la posición de víctima, lo que
nos convierte en un ser casi invisible sin poder personal alguno.
Otra
manera común de represión personal y que podemos observar en lo colectivo es la resignación. La
resignación que logra cancelar al
ser humano y convertirlo en un cero, que no cuenta para nada. Estas maneras de
vivir en el mundo obviamente no conectan con la luz de la rebeldía y sus
beneficios para mantenerse vivos.
Es
desafortunado que muchas escuelas, culturas, congregaciones nos prediquen que
ser rebelde es malo, y que conformarse es ser humilde (concepto erroneamente
usado) y que la resignación es la clave. De esta forma todos estamos
controlando energías he impulsos (donde es natural protestar) que añejamos en
nuestro interior y que si explotan hacen mucho daño, cosa que presenciamos a
diario. La energías arquetipales del o la rebelde hay que vivirlas en
situaciones como estas:
*
Saliendo de relaciones de maltrato, conformarse o resignarse en una relación de
maltrato es suicida. Sin embargo al conectarnos con el arquetipo de la rebeldía
nos llenamos de energía para lograr salir. Nadie ni niño, ni adulto tiene que
quedarse en una relación de maltrato, no importa quién lo diga.
*Aceptar
que nuestros elegidos por votación no importa quienes sean nos cancelen con
conformismos o resignación y nos hagan repetir y creer que no podemos hacer
nada para cambiar nuestras situaciones colectivas, es otro suicidio. Nadie, no
importa quién sea puede decirnos que reprimirnos es lo mejor. La represión es
un arma para cancelar , no para sanar, una mirada al rebelde interno puede
ayudar. Ser rebelde es aspirar al cambio, ser rebelde es sentir que lo que
hacemos tiene valor, ser rebelde es participar activamente de miles de maneras
en el quehacer diario individual y colectivo. Ser rebelde no tiene nada que ver
con agresión, violencia o destrucción. Ser rebelde no es ser fanático, ser
rebelde no es ser un problemático. Ser rebelde es una posición digna para
contribuir a construir la vida.
Hacernos
concientes de nuestro verdadero potencial nos ayuda a movernos con la grandeza
que todos tenemos y no aceptar al que nos predique la pequeñez. Ya sea en las
relaciones interpersonales, en las amorosas, en las colectivas, el arquetipo
del rebelde en su luz nos propone que un mundo como el que hemos deseado es
posible. Que no es posible bajar la cabeza o peor ocultarla debajo de la tierra y aspirar a ser felices. La
felicidad es un bien otorgado de nacimiento y reafirmado por varias
constituciones, pero hay que defenderla y en resignación o conformándonos no es
posible.
La
autora es Psicóloga Clínica en práctica privada.
(787)753-2848/399-3114
thaliacuadrado@gmail.com
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