En mi.Acrílico sobre papel.18/19.2013. |
Cada
historia tiene como mínimo dos
caras, una pareja se compone de dos personas, dos familias, dos culturas y
muchas memorias anteriores al encuentro. Adriana es el amor de Sebastian cuya
historia aparece en la entrada anterior.
Adriana
se caso dos veces una cuando era
muy joven con velo y corona como mandaba la costumbre, muy enamorada y
"para toda la vida". Un día, después de 15 años de casada, de vida
ejemplar y "a mi entender feliz", yo estaba trabajando y cuando
llegue a mi casa con mis dos hijos de 13 y 11 años la casa estaba casi vacía.
El, mi esposo nos había abandonado sin previo aviso, yo me volví casi loca me
internaron en el hospital por depresión y tuve que dejar a mis hijos a cargo de
mis padres. Mi ex, el padre de mis hijos desapareció aunque sabiamos que estaba
vivo y fuera del país, 10 años después me envió los papeles del divorcio.
Durante todos esos años me dediqué a criar a mis hijos, yo no se lo que es
tener vida social, no tengo amigos ni amigas yo solo salia a las actividades de ellos".
Casi
11 años después ya divorciada a los 44 años llego su trabajo un hombre que la
hizo creer nuevamente en el amor. "Fue un flechazo, el era labioso y yo
tonta, ya de 44 años, pero sin experiencia de vida y me enamore como una nena.
Moví cielo y tierra, convencí a todo el mundo, tenia que casarme yo no podía
convivir esa no es mi manera de verlo, mis hijos estaban grandes, pero vivían
conmigo, les tenia que dar buen ejemplo, y me case".
"Duramos
tres años casados, me hizo la vida imposible, peleas con mis hijos, situaciones
con mi familia y otro divorcio que me dejo mal, desde ese momento no puedo
dormir. Mi vida de amores es corta, pero muy dolorosa". Después de estas
experiencias Adriana se cerro y decidió dedicarse a sus hijos y nietos, "yo
no puedo seguir por ahí con otros hombres, yo soy una mujer seria".
Adriana
había sido educada en un colegio de monjas estricto y el nivel de rigidez en su
comportamiento era muy elevado. "Cometí una locura con mi ultimo marido y
la pague cara, el amor se termino para mi".
El
día que conoció a Sebastián le gusto como amigo, solo amigo, a sus 80 años
estaba segura que el departamento del amor estaba cerrado, "yo tengo
suficiente con mis hijos y nietos".
Para
hacerles un cuento muy largo, corto les diré que comenzamos terapia de pareja
para Sebastián y Adriana lo cual para mi como profesional me parecia
extraordinario. Muchas son las parejas mas jovenes que rehusan buscar ayuda
para trabajar sus diferencias. Sebastian estaba seguro de querer estar con ella
si las cosas cambiaban. Adriana
tenia miedos de que si se entregaba en esta relación le sucedería lo
mismo de sus dos matrimonios. Las heridas del pasado muchas veces no nos
permiten ver las posibilidades del presente, no importa la edad las heridas sin
sanar nos acechan como fantasmas y no permiten que podamos vivir nuevas
experiencias.
Durante
muchas horas terapéuticas trabajamos para que Adriana pudiera aprender a
confiar y a suavizar sus rígidas cadenas culturales y las producidas por su experiencia. Por otro lado ayudar a
Sebastian a entender que su experiencia de vida era distinta a la de Adriana y que era deseable que
modificara se impulsividad y se comportara de una manera mas llevadera. Los
cambios o las modificaciones de
comportamiento son trabajosos a cualquier edad, a los 80 años es una aventura
que puede producir terror. Sin embargo después de muchas negociaciones Adriana
y Sebastián decidieron estar juntos…eso si "de casarse ni soñarlo".
La
autora es Psicóloga Clínica en práctica privada.
(787)753-2848/399-3114
thaliacuadrado@gmail.com
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