Velita. Luz. |
Dedicado
a mis hermanos Africanos saltantes de la verja en Ceuta y Melilla.
Los
humanos no se comparan. Los seres vivos son únicos en su clase. Mientras mas
tiempo invierto trabajando, conociendo, interactuando con personas mas claro me
llega este mensaje. Siendo una rendida amante de los animales puedo sin dudas aseverar
que ellos tampoco pueden compararse. Por otro lado la naturaleza, ese escenario
constante donde interactuamos es imposible de comparar.
Todo lo que en nuestro entorno este vivo, todo
lo que posee en si mismo cualidades de vida, es incomparable. Los objetos se
comparan los humanos se celebran en su diversidad. Comparar establece
categorías, unos son buenos porque pertenecen al club, los contrarios son
malos. Otros son mis hermanos porque están en mi partido, los del otro son
enemigos. Si somos heterosexuales estamos bien, los gay están enfermos o locos.
Los hombres son poderosos, las mujeres seguidoras , ellas no pueden dirigir.
Las personas blancas rubias son bellas, los negros son feos. Los que tienen
dinero valen mucho, los pobres no valen nada. Mi hijo es mejor que el tuyo. Eso es comparar. Muchas veces me parece
que comparar es un estado de inmadurez que pronto vamos a superar entre humanos
y compararemos objetos que es lo propio.
En
la sociedad que todos construimos a través de generaciones hemos tenido la tendencia
de comparar sin reflexionar, personas, seres vivos, naturaleza y en la misma
oración objetos. Siendo la comparación una de las actividades mas practicadas
en la sociedad, la publicidad llega hasta el absurdo de hacernos creer que un
objeto puede añadir o quitar valor a un ser vivo. Lo triste es que nos lo
creemos.
En
mi práctica clínica una de las situaciones mas complejas de explicar y mas
difíciles de entender es que la actuación de una persona por distinta que sea no la convierte automáticamente en una persona
mala. Puede no gustarnos su proceder, puede estar en contra de nuestra visión
de mundo, pero no esta loca ni es mala persona. Por consecuencia no podemos compararla
o juzgarla. Al no poder digerir esta verdad personas y sociedades completas están dispuestas a
hacerse enemigos de cualquiera que no piense como ellos, situación que es portadora de muchos actos de
violencia.
Las
personas vemos, evaluamos, definimos el mundo que nos rodea desde nuestra
propia óptica, eso es parte de nuestra naturaleza. Sin embargo, muchas veces se
nos olvida tomar conciencia de que todos los demás también observan e
interactúan en el mundo como lo perciben.
Vivir en un mundo donde cada persona es un
universo tan respetable como el nuestro es un reto constante. Para muchas
personas es muy confuso, piensan que si ante una situación las miradas son
distintas entonces no podemos trabajar juntos. No podemos tener una relación de
amistad o de pareja. O peor aun esta es
una razón para el rechazo y el desprecio que cargan violencia contra los que no
tienen nuestros ojos.
Nada se encuentra mas lejos de la verdad,
aprender a no comparar las personas nos amplia la vida, nos ayuda a dar luz a
nuevas maneras de entender porque estamos practicando la aceptación de la
enorme variabilidad humana.
Por supuesto la aceptación de lo variado, de
lo único en el otro es una aceptación en respeto. Esto no quiere decir que tienes
que aceptar que el otro haga lo que desee aún cuando sea un daño para si mismo
o algún colectivo. Esto puede resultar bastante confuso en la crianza por
ejemplo. Respetar es abrirse el dialogo, establecer normas que nos permitan
funcionar, respetar es tender puentes de entendimiento entre seres distintos.
Las normas no pueden ser impuestas es necesario que sean dialogadas en respeto
teniendo en cuenta lo único de todos los involucrados.
Ciertamente un estado de respeto toma mas
tiempo y esfuerzo que un estado represivo. La decisión es si vamos a comparar
para convertir todo en un solo comportamiento de manera artificial, vamos a
juzgar las diferencias o si las vamos a respetar. Mucho mas que respetar pienso
que realmente seria celebrar la versatilidad.
La
autora es Psicóloga Clínica en practica privada.
(787)753-28480
399-3114
thaliacuadrado@gmail.com
Cierto. El respeto a cada ser segun ES, es la clave para aceptarnos tal cual somos.
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