A Gabriel García Márquez,
gracias Gabo por tu presencia.
Un
hombre de 55 años y una mujer de 50 se han
divorciado después de 25 años de casados y 5 de novios. Según las ultimas
estadísticas de divorcios en Puerto Rico, 7 de cada 10 matrimonios se
divorcian. Es decir, esta no es una noticia. Por otro lado la razón que dan
para su divorcio, si es importante para la psicóloga.
Se
acusan mutuamente de no haber estado presentes en la relación. Ella además dice
que el no ha estado presente en la vida de los hijos. El por su parte dice que
ella lo abandono cuando nacieron. Que el sí estuvo en las actividades
extracuriculares. Ambos llevan años sintiéndose solos, ausentes, divididos y
mutuamente abandonados. Los hijos crecieron y no encuentran una sola razón para
continuar juntos.
Las razones para una separación siempre son múltiples y
complejas ninguna pareja se separa por una sola razón todas las separaciones
tienen explicaciones diversas. Algunas pueden ser conocidas y he visto parejas
divorciándose que realmente no pueden decir el porqué. Observando las expresiones de esta pareja el
tema de no haber estado presente o lo que es lo mismo ausente, me parece importante
y he querido traerlo a la discusión.
Tomando
en cuenta el desgaste natural de los años y la practica de hábitos que estancan la pareja, llevaban 30 años
juntos. Además de cosas como la búsqueda de la comodidad a través de la
adquisición de objetos y el uso del dinero para solucionar situaciones de la
dinámica amorosa. Existen muchas
actividades casi automáticas que le roban presencia a la pareja, entre
ellas el uso indiscriminado de la tecnología.
Las
maneras en las que nos relacionamos no son dominio ni pueden serlo de la economía,
para estar presente no hay que invertir dinero, pero si presencia genuina. Es
muy triste observar parejas en un
restaurante y delante de ellos platos exquisitos pero ellos no están cada uno se encuentra inmerso en una comunicación electrónica de la que el otro no participa.
Se puede hacer acto de presencia física y
estar en cualquier otro lugar. Pienso que todos hemos tenido esa experiencia ya
sea porque la hemos practicado o porque la hemos sentido. Por ello cuando estamos
de verdad presentes, estamos además de con presencia física con sentimiento. Estar presente es sentir la pareja es estar presente en cuerpo y
alma. Tener presencia en sus maneras particulares de interactuar así como del entorno
en el que se desarrolla esa presencia
Por
naturaleza las interrelaciones entre humanos pertenecen al ámbito de cuánto
estamos dispuestos o disponibles para estar presentes. Presentes en la vida del
otro u otra y presentes en las dinámicas que establecemos con ese otro
significativo.Estar
presente es estar vivo es estar atento, es estar vibrante en cercanía. Muchas
veces se entiende que estar presente es acompañar en actividades, aun cuando no
te guste la actividad si el o ella van, tu tienes que estar presente. Se nos
olvida que llevar nuestro cuerpo a algún lugar, solo es un acto de presencia
física. Realmente estar presente es mucho más que estar en cuerpo en algún
lugar. La mayoría de las personas conoce esta distinción por la experiencia de
sentir que el o ella están, pero no están.
Si
este hábito de estar y no estar perdura por algún tiempo, las posibilidades de
crisis, separaciones o divorcios es muy alta. Claro que existen parejas cuya
dinámica de relación es la no presencia y duran toda la vida juntos en ausencia. Pero en este momento muchas personas exigen más de la pareja y tienen la necesidad
de tener una pareja con presencia en sus vidas. Estar presente depende del
deseo de estar, no de posiciones que sustituyan la presencia.
Estar
presente es un acto de libertad, de deseo genuino, de querer extenderse hacia
el otro para que ese otro te sienta. Este tipo de presencia eleva la naturaleza
de la interacción y enriquece la calidad de la vida. Por supuesto nada vacuna
contra las separaciones o los divorcios. Pero la presencia sentida deja un buen
sabor de boca no importa lo que suceda.
Con
la presencia sucede como con muchas otras cosa, la presencia empieza por casa. Es decir, si no somos capaces de
estar presentes en nuestra propia vida difícilmente podremos estar presentes en
la de otra persona. Estar presente como muchos otros comportamientos no puede
leerse en un libro de recetas, aprender a estar presente es una vivencia. Una
experiencia que si la tenemos una sola vez, la buscaremos continuamente porque
es muy gratificante. Algunas actividades que pueden ayudarnos son la
meditación, la contemplación, la oración, la yoga o el silencio. Te recomiendo
que hagas la prueba, la próxima vez que estés con alguien con quien de verdad
deseas estar sea una amistad, un hijo, o un amor. Hazte presente, presta
atención, concéntrate, déjale sentir al otro tu presencia… puede ser mágico.
La
autora es Psicóloga Clínica en practica privada.
(787)399-3114.
thaliacuadrado@gmail.com
Amiga: mucha verdad encierra tu artìculo. Ojalà llegue a muchas parejas que necesitan tener mas "presencia" para que su relaciòn estè "presente" en sus vidas por siempre. Bendiciones. Mayra Boneta
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