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Corazòn partido. |
Cada experiencia de pareja es distinta y posee sus retos
particulares. La historia de Marta y Edgardo parece muy compleja, sin embargo
cada día se hace mas común.
El tiene 51 años y ella 42 años. Ambos sobrevivientes de matrimonios anteriores,
ella de 15 y el de 17 años. Él tuvo una relación de convivencia con una novia
que lo dejo después de 6 años. Marta también convivio con su novio por 5 años
antes de casarse. Toda esta experiencia les convenció de que vivir en pareja era lo
que deseaban.
Llegaron a sus respectivos matrimonios dispuestos y felices de dar un paso grande para formalizar sus relaciones. La historia de una pareja de 15 o 17 años es larga y el resultado final fueron divorcios difíciles. La experiencia los dejo exhaustos con un terrible sabor de boca y la convicción de que tener vida en común y ser feliz era casi como ganarse la lotería.
Llegaron a sus respectivos matrimonios dispuestos y felices de dar un paso grande para formalizar sus relaciones. La historia de una pareja de 15 o 17 años es larga y el resultado final fueron divorcios difíciles. La experiencia los dejo exhaustos con un terrible sabor de boca y la convicción de que tener vida en común y ser feliz era casi como ganarse la lotería.
Después de unos meses de soltería se encontraron y deciden darle una nueva
oportunidad a la vida de pareja. Ambos aportan cargas muy pesadas a esta oportunidad dos
hijos cada uno, maletas de desesperanza, desconfianza, corajes y mucho
resentimiento. Sin embargo, son jóvenes y desean compañía y amor.
Tanto
Marta como Edgardo piensan que la experiencia y los años probablemente les han
dotado de destrezas que antes no tenían. En sus conversaciones se convencen de que si quieren que todo sea diferente, lo
lograrán. "Hemos cometido muchos errores,
pero esta vez todo será distinto".
La intención es buena, cuando afirman que
desean tener una nueva versión de pareja son honestos. Aspiran a un medio ambiente de armonía donde puedan crecer. Si
hacemos una encuesta a parejas estoy casi segura de que estas serian
aspiraciones generales. Las intenciones pueden hacer suceder una nueva
experiencia, pero no son instantáneas ni se hacen solas… hay que trabajarlas. La pareja como cualquier otra cosa que
deseemos en la vida requiere de dedicación.
Marta y
Edgardo no han tenido la pareja que desean tener.
Los padres de ambos han estado casados dos y tres veces, ellos han vivido sus
matrimonios y sus divorcios y su impresión es que nunca han visto una sola
pareja funcional. Están
claros que desean una pareja duradera, "si
es posible, la última". Por otro
lado ambos tienen temores fundados de si serán capaces de conseguirlo. Para el terapeuta estas son las personas idóneas para terapia de pareja. La terapia les brinda la oportunidad de examinar sus miedos y
sus desconfianzas. Educarse sobre las experiencias
previas es importante para que la nueva pareja no cargue con temas del pasado.
Crear una estructura que les permita moverse como pareja en la vida diaria es
imprescindible. Desarrollar normas comunes, les ayudara no solo en el área de
pareja, también en la familia que desean formar, con sus cuatro hijos.
En
el mundo que vivimos la complejidad de la vida nos obliga
a ser conocedores de temas que en otros momentos dábamos por sentado. El amor o las buenas intenciones no son lo único que se necesita para tener una pareja. La terapia de pareja puede ayudar. Yo te la
recomiendo.
La
autora es Psicóloga Clínica en practica privada.
(787)399-3114
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