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Nosotros. 2014. |
Se dice que si conoces a los
demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro. Si no
conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás
otra. Si no conoces a los demás ni te
conoces ti mismo, correrás peligro en cada batalla. El arte de la guerra. Sun
Tzu.
Un
protocolo es una especie de mapa que nos provee dirección. Muchas profesiones
tienen protocolos que nos ayudan en el ejercicio o práctica de la profesión. La
medicina tiene protocolos para atender diferentes enfermedades, la psicología también tiene sus protocolos. El
chef tiene sus protocolos en la cocina y el agricultor conoce cuándo sembrar y cuándo
cosechar.
En
nuestra vida la vivencia en si misma es un protocolo, el que hemos escrito con
cada situación o problema al que nos hemos enfrentado. Esto también es cierto
de los grupos humanos que llamamos pueblos. El protocolo nos ayuda a
estructurarnos y además nos orienta, ya que cada cosa que sucede, tienen muchas
probabilidades de haber sucedido antes. De esta forma es que nos nutrimos de la
experiencia, de la individual y la colectiva.
Sin
embargo, es común que una persona no tenga protocolos de actuación. Lo que es
igual a decir que ese individuo enfrenta cada situación en su vida, “a lo que
salga”. Inventando una solución nueva para cada evento, improvisando o
“sacándoselo de la manga”. Si bien es cierto que cada situación merece una
reflexión nueva, también es correcto e inteligente decir que debemos usar la experiencia vivida
para solucionar problemas. Este fijarse en la experiencia seria observar el
protocolo de actuaciones en un momento anterior y poder aplicar lo apropiado al presente.
Dicho
lo anterior se me ocurre que el mejor protocolo es el conocimiento a fondo de
la persona que está llamada a hacer frente a la situación. Es decir, tu, yo, nosotros.
Cada actuación, cada comportamiento, requiere de un conocimiento de quién lo
lleva a cabo y de la situación para poder enfrentarla.
La cita al principio la tome del libro: El
Arte de la guerra. Un libro muy breve
que fue escrito hace 2,000 años por un guerrero chino, Sun Tzu. Es curioso, pero
su título puede confundirnos, el libro tiene todos los escenarios donde puede
darse una guerra y la preparación para la batalla, pero dice su autor “Lo mejor
es ganar sin pelear”, es decir la mejor batalla es la que no se libra y para la
que estamos absolutamente preparados. La traducción es de Thomas Cleary.
El
mejor protocolo, la mejor guía, el mapa mas perfecto para la vida, “eres tu” y
cada uno de nosotros. Sin una preparación personal no es posible coordinar
una acción integrada que nos permita continuar. Es evidente que nadie es capaz, de evitar las batallas
sin un conocimiento profundo de si mismo, como dice Sun Tzu. El si mismo es el ingrediente
principal, es la seguridad, es nuestra confianza. Cuando el conocimiento propio
es profundo y amplio tenemos ganancias imposibles de igualar, entonces podemos
enfrentarnos a lo que sea y ganar, sin necesidad de convertirlo en una lucha
diaria.
Este
conocimiento es vital para cada uno, pero imprescindible para las relaciones
interpersonales o afectivas que establecemos. La vida no solo se vive de manera
individual, la mirada hacia lo colectivo, también requiere de nuestro
conocimiento. Las relaciones que establecemos y mantenemos son el mayor tesoro
nacional que un pueblo puede tener. Nada ni nadie, por ningún precio económico
tiene el derecho de poner en peligro ese tesoro. Actuar con los demás como nos gusta que actúen con nosotros, es un excelente protocolo-antídoto para evitar errores que puedan herir nuestra calidad de vida. Es
una buena vacuna que nos inmuniza para no caer en la trampa de justificar el mal
trato con el estres de la falta de dinero.
Conocerse
en profundidad es conocerse a si mismo y por consiguiente al otro u otra que
nos acompaña en el camino de la vida. Es ganar la batalla, sin tener que
librarla, los habitantes son la base de la nación, ignorar esto es un grave
error. La base del país no es la moneda, la economía, el tener posesiones
o grandes obras de cemento, la base es
la gente. Ese es el protocolo.
La
autora es psicóloga Clínica en práctica privada.
(787)
753-2848- (787) 399-3114
preguntaleathalia@gmail.com
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