The
range of what we think and do
Is
limited by what we fail to notice.
And
because we fail to notice
that
we fail to notice
there
is little we can do
to
change
until
we notice
how
failing to notice
shapes
our thoughts and deeds.
R.D.
Laing.
A
veces no hay que dar un solo paso, hacia fuera, para descubrirnos. Muchas veces solo tenemos que caminar hacia
dentro, hacia la inmensidad de lo que somos y con honestidad, descubrirnos. Aquello
que no podemos reconocer como propio, se proyecta en los demás y se convierte
en nuestro mayor tesoro. Escondido, en la sombra. Estamos muy acostumbrados a
buscar y a hablar de la luz, como nuestra meta. Pero nadie llega a la luz, sin
pasar por la sombra, este es un hecho. Para ver la luz y practicarla, tenemos
antes que conocer la sombra y respetarla.
El
concepto de la sombra, es fascinante y lo trae a la psicología Carl G. Jung. La
sombra a pesar de su nombre, es un tesoro de conocimiento propio. Partes
infantiles, apegos emocionales, síntomas neuróticos, y talentos no reconocidos,
son partes de la sombra. Es como un cuarto trastero al que enviamos todo lo que
no se nos parece a eso que conscientemente creemos ser. Tenemos sombra los
humanos, a veces una más grande que la que refleja el sol. También tenemos
sombras colectivas, las que podemos ver en las imágenes de las noticias
diarias.
Eso que vemos y que no queremos ver, “porque
eso esta muy lejos”. “Porque eso son ellos, los otros”. “Porque aquí, no
tenemos ese problema”. Esa es la sombra
colectiva. Pero, también es sombra, el no reconocer de lo que somos capaces.
“Claro, ese país hace eso, porque ellos son estructurados”. “Ellos ganan todos
los torneos porque invierten en su gente”. “ Nosotros no podemos, somos,
pobres, pequeños, no podemos competir”. “Claro igualito que aquí”, decimos
irónicamente, cuando algo bueno pasa en otro lugar. El mundo entero hoy día
parece un escenario donde podemos ver nuestras grandes sombras. Todas a la
vista, por todos los medios disponibles, para el que las puede ver, es
abrumador.
La
sombra nos saluda, cuando reaccionamos intensamente de manera dramática, a una cualidad
de personas o grupos, sin darnos cuenta,
de manera espontanea. Los conceptos psicológicos como todo lo relacionado con
los humanos, son muy complejos de explicar. Realmente como mejor puede hacerse
es a través de ejemplos sencillos, vivos.
Maruja
es una mujer de 42 años, llena de vida y mucho coraje. Lleva en terapia
psicológica unos meses, pero no es consistente. Su queja principal, es su
continuo enfado “por la ineficiencia de la gente”. Sus relaciones
interpersonales son difíciles, porque Maruja entiende las relaciones, a base de
ordenes y “cantaletas” decirle a los demás lo que deben hacer. Trabaja en una
empresa que no le gusta y recientemente
llego una jefa que le produce una reacción casi alérgica. “ yo estaba bien,
haciendo mi trabajo con mi jefe, pero él, se fue.” “Ésta mujer me tiene loca,
no tiene estructura, no sabe hablarme, es regona, me pide cosas de emergencia y
luego no las usa” “Me critica todo el tiempo, me pone tensa, no la soporto, desde
que ella llegó no duermo bien. A las 7
de la mañana me esta llamando” Se parece a mi madre, es insoportable. Maruja
esta teniendo un encuentro con su sombra, a una fantástica edad para
trabajarla, liberarla y liberarse.
La
relación mas conflictiva es con su mamá. Una amiga la visito y pudo observar la
relación madre – hija y le recomendó ayuda. Maruja insiste en ver a su
mamá, casi todos los días, “porque no
quiero que nadie me acuse de ser mala hija”. Pero a pesar de ese contacto tan
frecuente, la calidad de la relación es muy pobre. Su mamá es una mujer joven,
mandona, criticona y siempre tiene algo que opinar de, cómo lleva Maruja su vida.
Realmente no desea visitarla, pero se ha
convertido casi en una compulsión. Ella es la primera persona de su familia que
busca ayuda y su nivel de introspección, es bajo. Es decir, Maruja sufre lo que
está pasando, pero no tiene conciencia de cómo ella participa de sus
situaciones.
Es
bastante común no poder identificar la sombra personal. Es como tratar de
vernos la espalda, que ni con un espejo grande lo logramos. La sombra es uno de
esos conceptos que describen lo que no sabemos de nosotros mismos y casi
siempre necesitamos a alguien que nos ayude a identificarla. Con una gran dosis
de compasión y paciencia, por un largo período. Veamos unos ejemplos de cómo la
sombra aparece en nuestro diario vivir:
*En
nuestro sentimientos exagerados, “No puedo creer que haya hecho eso” “ Es que
no entiendo cómo puede actuar de esa forma.”
*En
expresiones negativas hacia los demás, “Esta es la tercera vez que llegas
tarde”. “Quién tu te crees que soy yo”. “Tu no tienes, ni idea de cómo puedo
ser”.
*En
nuestras expresiones, sin darnos cuenta. “Hay perdona es que me equivoque”.
“Hay, yo no quise decir eso”. “Es que me confundí”. “Chica es que estoy con
tanta cosa”.
*En
situaciones donde nos sentimos humillados, “Ella me humillo, me siento
avergonzada, cómo se atreve…” “ El no sabe con quién se esta metiendo”.
*En
reacciones exageradas de coraje, por los errores de los demás. “Es una inepta,
no sabe hacer nada”. “La gente es una mediocre”. “ Si pudiera, la botaba, no
sirve”. “Ella me revienta”.
*
La sombra se presenta cuando nos colamos en una fila y queremos hacer parecer
que “eso” no sucedió. “Es que no le vi”. “Es que yo creí que usted no estaba
esperando”. “ Hay, perdón”, pero no vuelve a su sitio.
*En
comportamientos exagerados considerando la supuesta falta. Alguien te da un
pisotón y formas un conflicto de magnitudes de tercera guerra.
Maruja
proyectaba su sombra en las figuras femeninas a su alrededor. Según la teoría
esta es la dinámica, la sombra es del mismo sexo de quien la padece, es decir
la mas cercana. Mujeres somos sombras de mujeres y hombres son sombras de
hombres. Considerando este detalle,
podremos entender, cómo Maruja no
suele tener problemas con sus jefes masculinos, ni con su padre.
El
encuentro con la sombra es un encuentro con algo que tenemos y no conocemos. Es
intentar tener una relación fluida para armonizar las partes que conocemos con
las que no conocemos e integrarlas. Con el propósito de crear balance y una
comunicación abierta con nosotros mismos. Partes reconocidas de nuestro ser,
son aliados. Partes ignoradas, pueden convertirse en grandes monstruos, que nos
gobiernan la vida, sin que nos demos cuenta. En psicología, como en la vida, la
claridad que produce la integración nos amplia horizontes insospechados de
bienestar.
La
autora es Psicóloga Clínica en práctica privada.
(787)
399-3114
thaliacuadrado@gmail.com
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