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En proceso. 2016. |
“What
we are, that only can we see. Emerson
Una
de las consultas más frecuentes en la butaca de la psicóloga: son las personas
que se percatan de que comportamientos, parejas o situaciones se repiten en sus
vidas. Como una especie de “déjá vu”.
Lo
interesante es que, usualmente tardamos mucho en percatarnos de nuestro estilo
particular, ese estilo que “atrae” ciertos eventos o personas. Lo frecuente en
términos de pareja es, que después de
varias experiencias comencemos a pensar, en esas similitudes. Por lo general si
en lo que se parecen, nos es grato, no
nos damos cuenta. Es cuando hemos tenido una experiencia difícil, que
levantamos bandera. Pero la repetición, no solo es con parejas, puede ser también en comportamientos o estilos
de carácter.
Para
salir del ciclo de las repeticiones, que tanto dolor pueden traernos, la
recomendación seria, aprender a revisar. Revisar significa: alterar algo que ya
está escrito, para corregirlo, mejorarlo, actualizarlo. Al revisar podemos
modificar, cambiar y preparar una nueva versión, de carácter, de pareja, de
amistades.
El
primer paso para corregir siempre es revisar, revisar comportamientos,
actitudes o visiones personales. Porque
en esto de revisar, todo comienza por el sí mismo. De nada sirve revisar el
hacer del “otro”, si no hay una previa revisión de lo personal. Los escritos o
experiencias ajenas, son muy fáciles de revisar, porque al estar fuera podemos
observarlas a distancia . Los textos propios, esos cercanos, de los que somos, únicos protagonistas,
“son otro cantar”.
Por
otro lado, revisar es observar. Observarnos
para enseñarnos
y aprender. Es visitar la experiencia ya pasada y mejorar los eventos. Decimos
que no podemos cambiar el pasado, lo que pasó ya está escrito. Sin embargo,
podemos revisar el pasado, y con ello mejorar el presente e impactar el futuro.
Lo contrario de revisar seria, pasar por alto. Es decir, no darse cuenta,
obviar, no prestar atención. Por ello revisar es, importante, porque pasar por
alto, nos condena a repetir una y otra vez la misma experiencia.
Repetir
es, dar vueltas sobre lo mismo, sin la esperanza de poder salir, al final nos
agotamos por movernos, sin llegar a ningún sitio. Revisar empieza por casa, por
nosotros, pero se extiende hacia fuera y se hace grande. A los pueblos también
les toca revisar, un pueblo que no revisa, se condena a vivir en perpetua
ignorancia, y a traicionarse a sí mismo.
Revisar
es un ejercicio que puede cambiar la vida de cualquier persona, solo hay que
practicarlo. La próxima vez que actuemos sobre una situación, tomemos un
momento para revisar nuestra actuación. Cuando nos encontremos con una nueva
pareja, toma tu tiempo para examinar, el cómo se te parece a las anteriores.
Reflexionemos sobre la experiencia vivida, y la pregunta es, ¿deseamos
repetirla?. Si nos topamos con una situación que se nos parece a otra ya vivida,
lo recomendado es hacer una pausa. Continuar, sin revisar, puede traernos múltiples desengaños. Con el agravante, de que
estaremos repitiendo y la evolución se produce, en el cambio.
La
autora es Psicóloga Clínica en práctica privada.
(787)
399-3114
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